En HEY CBD defendemos el uso del cáñamo y creemos en sus infinitas posibilidades. ¿Sabías que la planta de cáñamo es una de las plantas más versátiles que se conocen?
Su versatilidad y practicidad puede ayudarnos a enfrentar problemas cotidianos cada vez más reales. Lo cierto es que el cáñamo ha tenido un papel protagonista en la Historia, siendo utilizado por numerosos pueblos y culturas durante miles de años, pero las campañas de persecución y el prohibicionismo de las últimas décadas lo han convertido en uno de los recursos a nuestro alcance más desaprovechados. La estigmatización y la desinformación hicieron el resto.

Pero antes conviene hacer una pequeña aclaración, ¿qué diferencia al cáñamo de la marihuana? Esta cuestión tiene fácil respuesta pero la verdad es que todos hemos dudado en algún momento. Se puede decir que ambas plantas son parientes ya que proceden de la misma especie, conocida como Cannabis Sativa L. Las principales diferencias provienen de su morfología, sus aplicaciones y su composición. Después de siglos de uso y domesticación, estas diferencias se fueron acentuando cada vez más. El cáñamo se cultivó para la obtención de materias primas y su prima ‘María’ se fue distanciando, buscando potenciar sus propiedades psicoactivas. A nivel de composición la principal diferencia está en los niveles de THC, la sustancia psicoactiva característica de la marihuana y prácticamente ausente en la planta de cáñamo.
Entonces, ¿cuáles son esos posibles usos tan maravillosos que nos estamos perdiendo? Para empezar, el cultivo de cáñamo es perfectamente sostenible y ha demostrado ser un remedio eficaz de la deforestación. Al ser una planta robusta y resistente, se puede plantar en zonas donde otras plantas no sobreviven, con el objetivo de ‘limpiar’ el suelo circundante y permitiendo que otras plantas crezcan donde antes no podían hacerlo. La planta de cáñamo puede crecer hasta 4 metros de altura sin utilizar pesticidas ni herbicidas.

Además, una hectárea de cáñamo puede producir el doble de fibra que una de algodón, utilizando menos agua. El uso del cáñamo en la industria textil se vio desplazado por la irrupción de la industria del algodón y de las fibras sintéticas, pero su uso se remonta a la antigüedad. Lo cierto es que la resistencia y la durabilidad de la fibra del cáñamo no se pueden comparar a las de ninguna otra fibra natural, lo que explica su uso a lo largo de los siglos para la construcción de todo tipo de barcos por la resistencia que ofrecían al deterioro que producía la sal del mar.
Nuevas técnicas prometen una revolución incluso en el sector de la construcción, pudiendo hacer que la producción de viviendas fuera mucho más ecológica. Gracias a sus propiedades, la alternativa sostenible que supone el cáñamo se nos presenta en casi todos los campos y sectores sociales. La maleabilidad y resistencia que posee lo convierten en un sustituto perfecto del plástico, que tanto daño está causando al medio ambiente y su rapidez y facilidad de crecimiento nos muestran a una planta perfecta para la fabricación de papel. ¿Algo más?
Sí, resulta que la planta de cáñamo podría reemplazar definitivamente el uso de los combustibles tradicionales para hacer biodiesel. Las ventajas se nos antojan inverosímiles: no habría escasez, se reduciría el impacto ambiental ya que es un producto biodegradable, no es tóxico ni para las personas ni para nuestro entorno y es autosuficiente. El aprovechamiento de estas utilidades es más urgente que nunca. A estas alturas parece una obviedad la necesidad de cambiar la forma en la que utilizamos y consumimos los recursos naturales. Pero todavía hay más, las semillas de cáñamo están consideradas como un súper alimento por su elevada cantidad de proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos. Su composición única explica el boom que estamos viviendo en el campo de la cosmética y del cuidado personal, por no hablar del potencial terapéutico que cada vez respaldan más estudios.
La lista de posibilidades de esta maravillosa planta parece interminable y la investigación para el aprovechamiento de todo su potencial se nos muestra como una opción demasiado interesante, ¿por qué no se hace? En nuestra opinión, porque los intereses corporativos y políticos son demasiado grandes. A pesar de los grandes avances en los últimos años, todavía no hay conciencia entre las personas que pueden tomar decisiones, y la legislación se queda atrás por lo que el progreso se ralentiza.