
Hablamos con con Esteve Aymà, fundador de Ayma Boards, uno de esos proyectos con alma que te enamoran desde el primer momento en que lo ves. Esteve fabrica monopatines tradicionales hechos con «amor, madera y pasión», tal y como dice en su propia web y lo hace desde su estudio en Las Franquesas del Vallés, uno de esos espacios que transmite magia nada más asomarte por la puerta y respira mimo y pasión.
Esteve es un tipo sencillo, que transmite confianza a la primera de cambio con su sonrisa perenne que te invita a conectar.
«Básicamente soy un chaval muy sencillo de 28 años que vive muy tranquilamente y que ha encontrado su pasión que es hacer tablas de skate y que puede vivir de ella. Vivo feliz, con mis cositas, con mi gato, en mi pueblo, disfruto cada día de mi trabajo y de cada instante»
La gente le conoce como «L’Esteve, el que nunca se enfada» y si tiene que resumirse en esencia se considera «un chico feliz».
Javier, HEY: ¿Esteve, de todas las cosas que haces, qué crees que es lo que más contribuye a tu felicidad?
Esteve, Ayma Boards: Te diría dos cosas principalmente. Poder enseñar en mis talleres y hacer partícipe a los demás del arte y la pasión de hacer tablas de skate, y, por otro lado, que la gente pueda tener una parte de mi amor y mi expresión artística en la pieza de skate para para el cliente, que tengan parte de mí, por el amor que pongo en ellas, eso me gusta mucho.

Javier: ¿Cómo es tu proceso creativo?
Esteve: Como suelo trabajar más son tablas personalizadas. Primero hablo ablo con el cliente y el cliente me da 4 direcciones concepto, colores o lo que sea. Y a partir de ahí con estas 4 direcciones empiezo a crear cara al ordenador, me siento, me tranquilizo, un poco de música de fondo y empiezo a fluis. A partir de aquí voy diciendo «mira, he hecho estas propuestas, te gustan». Si no tira por ahí alguien que bakery pues como creando una capa o sello para el cliente. El proceso creativo a fin de cuentas es relajarte, estar tranquilo, intentar visualizar lo que el cliente me dice y darle caña.
Javier: ¿Tienes alguna serie de hábitos para llegar a ese punto de relajación?
Esteve: El principal hábito sería que esté todo limpio y ordenado, a partir de ahí intento siempre haberme relajado previamente. Me encanta jugar al ordenador y me relaja mucho jugar un par de partidas de lo que sea antes de ponerme a diseñar, después limpio la mesa y ya puedo ponerme a diseñar. En esta parte del proceso he encontrado que el CBD me ayuda además a estar súper relajado, y es una forma de reforzar el no pensar en nada.


Esteve está relacionado con el mundo del skate desde bien pequeño cuando con tan solo 8 años ya consumía gran cantidad de vídeos de skate que le cuesta recordar cómo encontraba ya que por aquel entonces apenas había internet. Una pasión que se congeniaba muy bien con su pasión por el mundo del graffiti, escena hermanada con la del skate dentro de la cultura urbana contemporánea. No fue hasta mucho más tarde en su desarrollo que Esteve decidió lanzarse a la fabricación de su primera tabla de skate.
Esteve: Todo empezó cuando yo vivía en Barcelona con mis compañeros de piso. En ese momento tenía veintiún año más o menos, y estaba trabajando de noche en la discoteca y estaba estudiando diseño gráfico. Mi vida era estudiar, trabajar en discotecas, noche, borrachera, resaca y así en bucle. Me lo pasaba de puta madre, pero no me sentía satisfecho conmigo mismo. Un día entré en la habitación de mi compañera de piso que tenía una caladora… Y así como mezclé caladora con madera que por aquel entonces vivía en el Raval, iba andando por la calle, vi la madera y dije… vamos a hacer algo. Llegué a casa, aparté la cama a un lado y la mesa al otro (mi habitación era muy pequeña) y me dije que sería genial hacer una tabla de snow o de surf, pero no era suficientemente grande así que opté por una tabla de skate oldschool que al fin y al cabo es un trozo de madera, ejes ruedas… Dibujé cuatro líneas para hacer el shape y me puse a cortar… Imagínate mis vecinos, mis compañeros de piso con el ruido y polvo por todos lados! Una vez terminada la tabla me sentí súper satisfecho, y no por el shape porque era como una patata. Lo que pasó es que mientras estaba trabajando en la madera no estaba pensando en lo que tenía que estudiar, si tenía resaca o cualquier otra cosa. Descubrí una forma de sentirme satisfecho y completo, como de encontrar el balance de algo que disfruto y no me hace pensar en nada más. Empecé a subirlas a IG, la gente empezó a preguntarme y casi sin saber cómo, empiezas a vender y pronto pude dejar de trabajar de noche.

Esteve nos cuenta que en cierta manera encontró una especia de práctica de meditación activa en su trabajo con la madera. La experiencia con herramientas peligrosas obliga al que la realiza a llevar su foco de concentración en la experiencia presente, evitando a toda costa distracciones porque las consecuencias de un descuido pueden ser muy complicadas. Es conocido que este es uno de los factores que pueden desencadenar la experiencia conocida como «estado de flow», un estado que hace que la corteza prefrontal o «default mode network» disminuya su actividad, acallando el diálogo interno y haciendo que la capacidad de concentración se multiplique.
Esteve: Cuando trabajas con herramientas peligrosas no puedes estar pensando en otra cosa. La experiencia te lleva a estar full focus, el ruido de la máquina, el polvo… te mete en una burbuja y no puedes pensar en otra cosa. La verdad es que es mágico., es como que huyes del mundo y te metes en la madera y en tus habilidades. Además, la madera no es como el photoshop o illustrator que si te equivocas puedes hacer control Z y aquí no ha pasado nada… La madera no perdona, si la cagas es tiempo, dinero, madera…
Javier: ¿Qué dos partes del proceso disfrutas más? ¿diseñar o producir?
Esteve: Ninguno de los dos, el que más disfruto realmente es el último paso de todos que es barnizar la tabla. Ese es el momento en el que se fusionan esas dos partes del proceso, el de ruido y polvo de la producción por un lado más el momento de calma y diseño del ordenador. En ese momento puedes ver la tabla casi acabada por primera vez y me entra esa sensación del trabajo bien hecho… es espectacular! Disfruto mucho de ver el acabado, los colores. Suena un poco romántico pero es así.

Esteve es de esas personas que sabes que ha descifrado el código, su buena energía y sonrisa permanente son contagiosas además de marca de la casa, un verdadero maestro del equilibrio, tanto en sentido real como figurado, que siempre está dispuesto a compartir.
Esteve: La ecuación para encontrar el equilibrio hay ciertas cosas que se van añadiendo unas a otras. La primera es buena actitud, rodearte de gente que te da buenas energías y no hacer de los pequeños problemas un gran problema. Esto es algo que mucha gente me ve que no me alarmo por los problemas. Si sumas todo esto al trabajo y la pasión tenemos la receta para el equilibrio perfecto.
Javier: Y este equilibrio ahora te lo llevas más allá del skate, ¿no?
Esteve: Así es, ahora me lanzo al snowboard. Creo que es muy importante evolucionar en el día a día como profesional y como persona, esto también forma parte del balance. Soy una persona a la que le gusta mucho hacer cosas con las manos y decidí probar con el snow, que también es un proceso de creación mágico pero extremadamente complicado, así que pasito a pasito pero siempre con pasión.

Esteve es un verdadero artesano apasionado por su arte, una pasión que nos confiesa es como un arma de doble filo.
Esteve: Cuando estás trabajando en algo tan tuyo y tan personal, cuando eres autónomo y tienes esta empresa, estás pensando en ello todo el tiempo. Te levantas y ya estás pensando en eso. Estás viendo una película con tu pareja y estas pensando en esta tabla, o este color, o aquel diseño. Siempre estás metido en ese mundo, así que necesito a encontrar un momento para Esteve y no para Ayma, separar los ámbitos y el día a día. Ahí he encontrado que el CBD me ayuda a separar, a hacer un paréntesis, a no pensar tanto en Ayma y poder disfrutar de los beneficios y la gratitud después de un día con ruido, polvo y con tu pasión.