Dentro de las plantas de cannabis hay cientos de compuestos naturales y entre ellos está un grupo muy especial conocido como cannabinoides. El CBD o cannabidiol es uno de estos cannabinoides. A diferencia del THC, el CBD no tiene efectos psicoactivos.

Estos cannabinoides interaccionan con una serie de receptores distribuidos por todo nuestro organismo conocido como sistema endocannabinoide. Numerosos estudios demuestran cómo este sistema tiene un papel fundamental en varios procesos fisiológicos vitales tales como la modulación de la respuesta antiinflamatoria, el sistema inmunológico, el apetito, el estrés o el sueño.

Algunas personas utilizan el CBD por algún motivo específico y otras simplemente porque les ayuda a encontrar un estado general de equilibrio y bienestar.

Al CBD se le atribuyen numerosas propiedades. Las principales, demostradas por diversos estudios científicos, son: 

  • Antioxidantes
  • Antiinflamatorias
  • Analgésicas
  • Ansiolíticas
  • Antibacterianas
  • Antieméticas
  • Neuroprotectoras

Estas propiedades han demostrado tener un gran valor en cosmética. El potencial antioxidante del CBD puede ayudar a frenar el envejecimiento de la piel provocado por los radicales libres.
Además, está ganando popularidad para el tratamiento de afecciones de la piel que cursan con inflamación, como los eccemas, la psoriasis o la dermatitis e incluso para el tratamiento del acné, debido a sus efectos antibacterianos y antiinflamatorios.
Las propiedades antiinflamatorias y analgésicas lo convierten en una alternativa segura y eficaz a los fármacos tradicionales. Al tratarse de una sustancia permitida en competiciones deportivas, cada vez más atletass de todo el mundo están recurriendo a su uso para tratar lesiones o para favorecer la recuperación muscular.
Mujeres de todo el mundo han descubierto el potencial del CBD para calmar los dolores menstruales y al tratarse de un compuesto altamente seguro y no psicoactivo numerosos pacientes con dolores crónicos tales como la artrosis o la fibromialgia lo han incorporado en su día a día. El potencial antiinflamatorio es la base de muchas de sus aplicaciones, ya la inflamación es una respuesta fisiológica común en muchas enfermedades, tales como las enfermedades neurodegenerativas. El CBD también tiene gran aceptación como tratamiento complementario a la quimiterapia en pacientes oncológicos debido a sus efectos analgésicos y antieméticos y numerosos estudios respaldan su uso en personas con epilepsia que no responden a los fármacos tradicionales.
Sus propiedades ansiolíticas y relajantes se traducen en un conjunto de posibles beneficios que explican su utilización para el tratamiento de la ansiedad, el estrés, la depresión, el bruxismo o el insomnio. Lo cierto es que la mayoría de estas manifestaciones están relacionadas y la aparición de una de ellas suele crear un desequilibrio que desencadena el resto. Si estamos más relajados durante el día, dormimos mejor durante la noche y eso se traduce en un mayor nivel de bienestar con nosotros mismos y con nuestro entorno.

Algunas personas utilizan el CBD por un motivo específico y otras simplemente porque les ayuda a encontrar un estado general de equilibrio y bienestar.

Consulta algunos estudios aquí

En España, al igual que en la mayoría de los países europeos, el CBD es legal y  el cáñamo industrial se puede utilizar como producto cosmético. “Sólo para uso externo”, es la definición predeterminada de uso en los estados miembros de la Unión Europea. Pero, a pesar de que la OMS insiste en que el CBD no es adictivo y no tiene riesgos para la salud pública y es una sustancia permitida en el deporte por la AMA (Agencia Mundial Antidopaje), en nuestro país solo se permite su uso a nivel tópico.

Como hemos mencionado anteriormente, el uso tópico (es decir, aplicado en la piel) es la única forma de uso para el CBD regulada a día de hoy en España. Los aceites, de diferentes concentraciones, son escogidos según la gravedad de las afecciones a tratar. Los aceites de baja concentración se suelen utilizar por sus propiedades en cosmética, aplicando unas gotas directamente sobre la piel o incluso añadiéndola a las cremas de nuestra rutina diaria. Los aceites de mayor concentración normalmente se utilizan para afecciones que cursan con dolor o inflamación, como golpes, lesiones o contracturas. 

Sin embargo, en otros países del mundo como Canadá, Estados Unidos o Suiza, donde la legislación está más avanzada, la forma de uso más común es la sublingual. Aplicando unas gotitas del aceite debajo de la lengua, se aprovechan al máximo los efectos del CBD y, al igual que ocurre con el uso tópico, las diferentes concentraciones permiten escoger el aceite adecuado para tratar una afección en particular.

 

Todos nuestros proveedores realizan análisis certificados de nuestros productos en origen para asegurar la legalidad y ausencia de metales pesados, pesticidas, hongos y demás sustancias nocivas. Una vez los lotes de producto llegan a nuestro centro logístico, cada lote es analizado de nuevo por un laboratorio independiente y así cotejar los resultados. No es que no nos fiemos de nuestros proveedores pero nos preocupamos mucho por nuestros clientes y consumidores y de esa forma aseguramos la calidad y legalidad de todos nuestros productos.

Es cierto que tanto el aceite de CBD como el aceite de cáñamo son productos derivados de la planta de cannabis pero cada uno proviene de diferentes partes de su anatomía. El CBD se extrae principalmente de las flores de la planta de cáñamo, mientras que el aceite de cáñamo se elabora a partir de las semillas.

El aceite de CBD es un aceite de cannabis que tiene un contenido importante de cannabidiol. Los aceites HEY CBD tienen porcentajes del 5, 10 y hasta del 20% de CBD. Están hechos a partir de flores, hojas y tallos de cáñamo y no de sus semillas como el aceite de cáñamo. Después de procesar minuciosamente la materia vegetal, hay varias formas de extraer las sustancias que nos interesan. Los aceites HEY CBD están hechos a través de un proceso conocido como extracción CO2, un método que respeta al máximo las propiedades de la planta y tiene como resultado un aceite completamente puro y sin residuos ni contaminantes.

A continuación, añadimos el extracto de CBD altamente concentrado a nuestro aceite de oliva virgen extra, que actúa como aceite portador.

El aceite de cáñamo, aunque con numerosas propiedades y utilidades diferentes, contiene niveles muy bajos de CDB y de cannabinoides en general.

El aceite de HEY CBD no tiene THC.

Lo recomendable es mantenerlos en un lugar fresco y oscuro, siempre alejados de la luz solar.

Recomendamos consumir el producto en un máximo 12 meses, una vez abierto. A partir de entonces, los componentes comienzan a perder propiedades.

En HEY CBD todos los productos son veganos y libres de crueldad animal.

Creemos en la importancia del cultivo de cáñamo como alternativa sostenible. Nuestros principios nos empujan a buscar la sostenibilidad en todos los procesos, desde la semilla hasta que el producto llega a tus manos. Todos ellos provienen de cáñamo cultivado de forma orgánica. Prohibimos el uso de pesticidas y confiamos en otras medidas preventivas, como el uso de productos biológicos y organismos beneficiosos para que las plantas crezcan de la forma más natural posible.

Trabajamos continuamente para reducir los impactos medioambientales que se producen durante el ciclo de vida de nuestros productos.